miércoles, 27 de enero de 2010

CAJA DE EMOCIONES (regalo de Flor)


Como ustedes saben, el otro día asistí a una fiesta muy especial, en Lisboa, Portugal, que preparó FLOR y que al principio se asustó con mi disfraz de hombre de las cavernas, jajajajajaja.



Bueno, ahora, FLOR nos regala a los asistentes a la fiesta una cajita de emociones que la dejo aquí y a continuación copio un poema de María Ayala, poeta que en este momento no está bien de salud, pero pronto la tendremos entre nosotros rozagante como siempre.



Gracias Flor por este bonito detalle al que voy a agregar algo de música. Espero les guste.







A DÓNDE SE FUE EL AMOR




Hoy te esperaron mis labios,



planearon todo el día



darte a tu llegada un beso



apasionado.



Tú llegaste



pero sólo les diste



un beso fatigado.



Por la noche, rodeada de silencios



te vi dormido a mi lado.



Entonces pregunté a las paredes



de nuestra habitación:



Adonde se fue el amor



lo saben ustedes?



Tú puerta, acaso te abriste para que saliera?



y la puerta me respondió:



“No, por aquí nunca entró…”




MARIA AYALA


http://poesiasyreflexiones.blogspot.com





sábado, 23 de enero de 2010

BRINDO POR TI



BRINDEMOS!!!! POR LO QUE SEA!!!!!

ME SAQUÉ EL DISFRAZ!!!!!


Después de brindar con FLOR, tal como le prometí me quité el disfraz y ahora no sé que hacer, porque me parece que FLOR está desmayada y Susuru la está abanicando con sus plumas.


Tuve que sacarme la careta un poco rápido, porque un tal Juan que venía en el avión ponía cara de asquete y no quería estropearle la noche a Su.


qué divertido todo!!!!! ahora ya no sé a qué hora susuru dispondrá su avión para repartirnos a todos a nuestras casas.


quizás Flor me invite a quedarme allí, pero había otro disfrazado de Adán y no sé si la conquistó.


Voy a espiar a ver si salió del desmayo.


¡qué terrible que son las portuguesas!!!! jamás hubiera imaginado.......

martes, 19 de enero de 2010

MÁS QUE ENAMORADO.......


Que jamás acepto un “no” y soy como un niño.


Que suelo ir de regreso cuando hay que partir.


Reiterado e irreflexivo puñado de sinsentidos:


¡Te Amo!... y estoy más que enloquecido por ti.


Que acostumbro a extrañarte por todo motivo.


Que en tu ausencia ya no entiendo como vivir.


Fanático, incondicional y devoto de tu cariño:


¡Te Amo!... y estoy más que necesitado de ti.


Que me acuesto y amanezco con tu imagen.


Que procurar tu felicidad es mi esencial fin.


Hidalgo, leal, y tu gozo, mi noble estandarte:


¡Te Amo!... y estoy más que pendiente de ti.


Que te siento como en la existencia he sentido.


Que soy simplemente tuyo desde que te conocí.


De tus pasos se alimenta mi encantado camino:


¡Te Amo!... y estoy más que enamorado de ti.




sábado, 16 de enero de 2010

La infidelidad del espejo...???


Pasa lo que sucede con los espejos: uno crece en la inteligencia de que los espejos devuelven fielmente la imagen de quien se les pone delante. Y es una convicción muy fuerte, muy fuerte. Hasta que por ahí alguien, alguna mano malvada, empieza a fabricar espejos que deforman, espejos que no devuelven la verdad sino la mentira.Entonces uno a la mañana se va a afeitar y ve una persona rubia (uno que es morocho), ve una persona distinta a lo que es uno. Y uno tiene tanta confianza en los espejos, que incluso prevalece esa confianza por encima de la realidad. Y uno que se sabe morocho, que ha vivido una morocha vida durante tantos años, y que ha vivido entre morochos, se ve rubio en el espejo y empieza a asumir rubias conductas.¿Por qué? Porque desde chicos nos han dicho que el espejo no miente. Yo creo que a lo mejor ha llegado el tiempo de desconfiar del espejo. Y de pensar que a lo mejor los fabricantes de espejos tienen intereses inconfesables que nosotros no conocemos. Intereses entre los cuales figura el de lograr que nosotros nos creamos rubios siendo que somos morochos.Así que a lo mejor, más que mirar al espejo, hay que preguntarle al de al lado. Al que también es morocho, al que vive como nosotros. A ver como nos ve, a ver que le pasa, a ver qué siente. Y, a lo mejor, hay que mirar más la realidad y menos el espejo de la realidad, porque a veces ese espejo está tendenciosamente modificado y es fraudulento.


Alejandro Dolina

viernes, 15 de enero de 2010

Estoy en JESÚS MARIA, Córdoba. Argentina

Estoy de mini vacaciones en Córdoba que tuve que asistir también por cuestiones laborales. Al no llevar filmadora, dejo imágenes de lo que sucede en este Festival de Doma y Folklore que son del 2009, pero al menos sabrán algunas cosas más acerca del folklore argentino y espero que les guste a todos o a la mayoría.




sábado, 9 de enero de 2010

CONFESIÓN DEL VIENTO










Letra deRoberto Yacomuzzi

Música deJuan Falú

El viento me confió cosas
que siempre llevo conmigo,
me dijo que recordaba
un barrilete y tres niños,
que el sauce estaba muy débil,
que en realidad él no quiso,
que fue uno de esos días
que todo es un estropicio.

Me dijo que los pichones
a veces de apresurados
caen al suelo indefensos
y él no consigue evitarlo.
Me habló de arenas de agosto,
de cartas de enamorados,
del humo en las chimeneas,del fuego abrazando el árbol.Iba quebrado de culpas
y seguía confesando.
En su lomo de distancias
no cabalgaba ni un pájaro.

Era un fantasma ese viento,
un alma en pena penando
y en ese telar de angustias
tejió sus babas el diablo.

Me dijo que recordaba
que en realidad él no quiso.
un barrilete y dos niños.

Me habló de arenas al cielo
y chimeneas al piso,
de cartas de enamorados,
que todo es un estropicio.

Era un fantasma ese viento,
tejió sus babas el diablo,
iba quebrado de culpas
y no consigue evitarlo.
En ese telar de angustias
el fuego abrazando el árbol,
el sauce estaba muy débil
y seguía confesando.Le pregunté por las chapas
del techo de los de abajo
dijo: “el hombre ha de luchar
para conseguir los clavos
en vez de hincarse a rezar
para olvidar sus quebrantos
o de sentarse a esperar
regalos eleccionarios”.

Me sorprendió la respuesta
pero no quise atajarlo,
pues cuando lleva razón
vaya, ¡quién quiere pararlo!

El viento me confió cosas
que siempre llevo conmigo,
que siempre llevo conmigo.