La tarde, con ligera pincelada
que iluminó la paz de nuestro asilo
apuntó en su matiz crisoberilo
una sutil decoración morada
Surgió enorme la luna en la enramada;
las hojas agravaban su sigilo,
y una araña en la punta de su hilo
tejía sobre el astro, hipnotizada.
que iluminó la paz de nuestro asilo
apuntó en su matiz crisoberilo
una sutil decoración morada
Surgió enorme la luna en la enramada;
las hojas agravaban su sigilo,
y una araña en la punta de su hilo
tejía sobre el astro, hipnotizada.
Poblóse de murciélagos el combo
cielo, a manera de chinesco biombo;
sus rodillas exangües sobre el plinto
manifestaban la delicia inerte,
y a nuestros pies un río de jacinto
corría sin rumor hacia la muerte.
y a nuestros pies un río de jacinto
corría sin rumor hacia la muerte.
LEOPOLDO LUGONES
un grande LUGONES!!!! y pensar....que a veces lo olvidamos.
ResponderEliminarSaludos.